viernes, 16 de julio de 2010

EL REMORDIMIENTO – J. L. BORGES



He encontrado una hoja de papel con este poema y unas anotaciones de mi madre (Mª Dolores Segura) en ella, son de febrero de este año, y las fue escribiendo mientras manteníamos una maravillosa conversación sobre la intelectualidad, la felicidad y la creación en Borges.

Os las dejo junto al poema para que las disfrutéis.

Intelectualidad en Borges: Está por encima de la afectividad. Los padres son los progenitores, pero no los instructores.

Yo (Borges) soy el creador de mis fantasmas: no soy feliz ni lo he sido ni lo seré. Ese es mi yo. Esa es mi creación. Soy angustiosamente infeliz, sin posibilidad de ser otra cosa que yo. Mi angustia es mi creación, mi obra siempre incompleta.

La educación recibida me ha otorgado en valor de vivir. Pero no el valor de ser feliz. A pesar de eso, nada me abandona (‘siempre está a mi lado) la angustia de ser, siempre ha sido ‘la sombra de un ser desdichado’.

La creación produce angustia; sólo la posibilidad del ‘ser’ no creador podrá aportar felicidad. El creador sólo sufrirá la angustia de ‘ser’ y de ‘crear’. Es imposible ser feliz.
Un beso enorme, mamá, te quiero.

He cometido el peor de los pecados
que un hombre puede cometer. No he sido
feliz. Que los glaciares del olvido
me arrastren y me pierdan, despiadados.

Mis padres me engendraron para el juego
arriesgado y hermoso de la vida,
para la tierra, el agua, el aire, el fuego.
Los defraudé. No fui feliz. Cumplida

no fue su joven voluntad. Mi mente
se aplicó a las simétricas porfías
del arte, que entreteje naderías.

Me legaron valor. No fui valiente.
No me abandona. Siempre está a mi lado
La sombra de haber sido un desdichado.

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